Noticias Día A Día
Aldia
INMACULADA CONCEPCIÓN
Celebramos hoy una fiesta entrañable:
Los sabios, es su deber, intentar explicar qué es eso del pecado original. No resulta fácil en ocasiones buscar argumentos científicos para explicar cosas que todos sentimos. Pablo en la carta a los Romanos 7,19 confiesa que siente en él mismo una fuerza que le lleva a hacer el mal que no quiere. Y esta experiencia nos es común a todos. No somos capaces de ser lo buenos que quisiéramos ser. Ser buenos nos supera. Estamos dañados en lo más profundo de nuestro ser. Salimos con un “defecto de fabricación”. Nuestra condición humana lleva en sí misma una tendencia al egoísmo, a no hacer todo el bien que desearíamos. Esto es una manera de describir el pecado original. Llamados a encontrar a un Dios que no puede ser descubierto nada más que en el amor, nos vemos sorprendidos por íntimos y hondos deseos de “hacernos nosotros dioses”, de interrumpir el camino de amor y mirarnos sólo a nosotros mismos. “No vayas a Dios, hazte tú mismo dios. Sí, tú mismo puedes ser un dios. Haz tu “santa voluntad y déjate de historias”…
Cuando hoy celebramos
Decir sí no es cualquier cosa. Tú sabes cómo está hoy esto de los síes. Vivimos en tanta fragilidad que casi hemos llegado a creernos que no podemos dar síes largos, para siempre. Entre nosotros se extiende una cultura de síes cortos, provisionales, para probar…, sin demasiado compromiso. Fijaos dónde estamos llegando: no nos fiamos del sí que pronunciamos ni del sí que nos pronuncian. Puede ser que resulte, puede ser que no resulte… Desde los síes más insignificantes a los síes más comprometidos de la existencia, el sí de la vida humana es siempre una ventura y una fuerza que nos impulsa a crecer y a madurar. Maduramos y nos hacemos verdaderamente adultos manteniendo las exigencias del sí. Claro, decir sí es decir también no. No a todo lo que nos aparta de lo original, de lo esencial. El sí nos pide un ejercicio continuo de búsqueda para discernir por dónde nos filtra el egoísmo. El egoísmo es como el agua o como el gas: encuentran nuestros puntos débiles y por allí empiezan a filtrarse, a hacer goteras o a dar señales de escape…
Hay síes que nosotros tenemos que romper porque no nos dejan crecer y hay síes que tenemos que mantener para poder crecer. Y no valen excusas. Las excusas, como en el libro del Génesis, lo único que desvelan es nuestro pecado y la resistencia a reconocer nuestra culpa.
La Inmaculada, la mujer de síes incondicionales, la bendecida por Dios es hoy nuestro escudo y nuestra fuerza. También una garantía segura en la que apoyar la fragilidad de nuestros síes minados por el egoísmo.
El “sí” de María es una buena palabra de ánimo para nuestros síes, sobre todo para los que más nos cuesta pronunciar con el corazón… Los síes de nuestros labios valen poco mientras no estén pronunciados antes en el corazón. Que al final podamos decir: Dios, que se haga en mí lo que tú quieres. Estoy dispuesto. Estoy disponible.
ACTITUDES DE UN CREYENTE EN ADVIENTO
ESPERAR
Pocos verbos ejercen un papel tan importante en nuestra vida.
Ya al venir a este mundo, cada uno de nosotros fuimos:
– Muy esperados … , poco esperados … , o nada esperados …
– Y esta “ley de la espera”, no sólo no nos ha abandonado, sino que ha influido muy mucho en nuestro desarrollo físico, síquico y espiritual. Podemos afirmar, incluso, que todo eso que hemos dado en llamar nuestra “vida feliz” depende muy directamente de cómo se conjugue en nuestro caso este sencillo verbo.
FIESTAS
El fin de semana se celebran las fiestas del titular de nuestra Parroquia y patrono de nuestro barrio: S. Francisco Javier
VIERNES
SABADO
Viernes y Sábado habrá Verbena amenizada por diversos grupos musicales, así como la sesión vermouth del domingo con el amagüestu.
DOMINGO 4, serán las misas como todos los festivos, 9,30, 11,15 misa familiar con niños, y a las 12,30 será la misa solemne. Al salir de misa habrá un amagüestu con la actuación de una orquesta.
CELEBREMOS EL ADVIENTO HOY
Un poco de historia
En el siglo IV de nuestra era los cristianos comenzaron a celebrar la venida del Señor entre los hombres. Era una celebración nueva, en esa época, pues antes de ella sólo se celebraba el día de Cristo,
Carta Apostólica Misericordia et misera
FRANCISCO a cuantos leerán esta Carta Apostólica misericordia y paz
Misericordia et misera son las dos palabras que san Agustín usa para comentar el encuentro entre Jesús y la adúltera (cf. Jn 8,1-11). No podía encontrar una expresión más bella y coherente que esta para hacer comprender el misterio del amor de Dios cuando viene al encuentro del pecador: «Quedaron sólo ellos dos: la miserable y la misericordia»[1]. Cuánta piedad y justicia divina hay en este episodio. Su enseñanza viene a iluminar la conclusión del Jubileo Extraordinario de la Misericordia e indica, además, el camino que estamos llamados a seguir en el futuro.